Lo prometido es deuda y aquí estamos de nuevo con las últimas fotos que nos quedaban por mostrar de la reforma integral que llevamos a cabo en lo que hoy en día es ya el hogar dulce hogar de Irene y Yolanda.
La gama de colores elegida tenía que ser muy limpia y luminosa. Es por ello que el 90% de la vivienda se planteó en blanco. Hace siglos que no oigo (gracias-a-dios) esa frase que me saca de mis casillas: «¿Blanco?¿No quedará muy hospital?».
El blanco es maravilloso lo mires por donde lo mires. De uso casi obligado en viviendas pequeñas en las que haya que potenciar la luz por encima de cualquier cosa. En combinación con una carpintería de madera y un rodapié del mismo tono es sin duda el lienzo perfecto con el que jugar a posteriori.
Sólo tengo halagos para el Rey de los pantones. ¡Viva el blanco! Punto y fin.
Elegimos un suelo laminado un poco más claro de lo habitual pero de las mismas características que todos aquellos que habéis visto en reformas anteriores: AC5, casi 1 metro de largo y con un sistema de click que disimula las juntas al máximo. ¿Qué conseguimos con esto? Una continuidad más que necesaria y esa sensación de «suelo robusto y elegante».
¿Es necesario poner AC5 en aquellos espacios que no sean baños o cocina? No. Sin embargo, por precio, muchas veces no merece la pena bajar la calidad y mucho menos el espesor. ¡Ojo con esas ofertas de suelo laminado de 7 €/m2! Fijaos en que no sea más fino que el papel de fumar…
Esta habitación que pronto se convertirá en el estudio de una de las dueñas es AMOR con mayúsculas…
Días antes de comenzar con la pintura, escribí un post titulado «El azul Italia es el nuevo mint». Para los que querías recordarlo, podéis leerlo pinchando AQUÍ.
Horas después me llamaba Irene y me planteaba abiertamente: «no sé si ese post es una indirecta pero NO pienso pintar nada en ese color»…
¡¡¡Hola Ireneeeee!!! ¿Se lo dices tú a las lectoras o se lo digo yo?
No hubo forcejeo, ni siquiera discusión. De la forma más sutil conseguí colocar un cuadradito de este color entre las muestras realizadas. Una vez seco, no sólo no fue descartado… ¡se convirtió en el favorito por las dueñas, el equipo de reformas y yo misma, por supuesto!
Decidimos que sí o sí, esa maravilla de azul Italia tenía que presidir una de las estancias aportando un puntito de alegría y dinamismo.
¡Espero repetir pronto! Me haré con una casa si es necesario 😉 ¿No os parece una preciosidad que encaja a la perfección con el topo claro y el blanco impoluto? Una cama, dos muebles minimalistas (de Ikea mismamente) láminas en blanco y negro enmarcadas y tienes una habitación armoniosa y con criterio.
Antes de que se me olvide quiero hacer alusión a un comentario de una de nuestras lectoras que nos preguntaba por qué habíamos puesto madera en el suelo del baño. No imagináis qué ilusión me hizo leer esto. NO es madera sino piezas de porcelánico que elijo cuidadosamente buscando que parezcan lo más reales posible.
Hace unos años las imitaciones eran pésimas, daban vergüencita ajena y era mejor optar por un azulejo más clásico antes que quedar como un «quiero y no puedo».
Hoy en día hay que escoger, buscar y rebuscar pero cada vez es menos complicado encontrar material cuya relación calidad precio sea excelente.
El suelo de este baño es uno de esos. Fue tal el «flechazo» que conseguí convencer a las propietarias para revestir la ducha con él. Sí sí, habéis leído bien. Hemos puesto azulejo de suelo en las 3 paredes alrededor del plato de pizarra extraplano. ¿Para que vamos a meter un tercer azulejo si queremos romper? Además el truco no falla: los paramentos verticales, al tener una incidencia de luz distinta, hacen que parezca un color ligeramente distinto que combina genial con el suelo. ¡Y tanto que combina! ¡Como que es el mismo aunque no lo parezca! Un quebradero menos de cabeza 😉
Esto sí que puedo decir que fue un invento de esos que me llevo a cada obra con miedo de que me lancen por la ventana.
No quiero parecer una «locatis» pero de tanto tratar con cada cliente, acaban inspirándome mucho. Empatizo de tal forma que me gusta poner un pequeño «tesoro» con un puntito muy personal.
Este también fue el caso de Gloria. Necesitaba algo especial para el baño de su «habitación en suite» (que podéis recordar pinchando AQUÍ) y lo encontré en forma de azulejo que imitaba un papel pintado con toques vintage. La cara de su marido no se me olvidará en la vida: «de esta o me comen a besos o me despiden fulminantemente»… Gloria se emocionó. Gerard me señaló con el dedo y me dijo «como me canse te vas a venir a vivir tú con mi señora esposa» jajajajaja… ¡¿Sigue en pie la oferta Sr.Consorte?!
Bueno, a lo que íbamos.
Irene es una de esas personas que aman la naturaleza y lo saludable hasta rozar casi lo místico. Buscando suelos y paredes encontré una caja rota, descatalogada, perdida y reclamando mi amor. Aquel porcelánico parecía madera recuperada de un barco hundido en el fondo del mar durante años. Como no, reservé las poquísimas piezas que quedaban y me llevé una muestra con la intención de colocarlas en algún lugar, fuera donde fuera.
Misión casi imposible era encontrar un azulejo blanco que se ajustara a lo que yo pretendía. Odio los relieves. Me sacan de mis casillas los revestimientos horteras. Necesitaba algo impoluto, de tamaño M-L y que ante todo fuera «dulce» y con clase.
Cuando encontré este modelo, con esas sutiles flores en mate SABÍA QUE YA NO HABÍA QUE BUSCAR MÁS. De hecho pensé: «¡ojalá no les guste porque me lo quedo yo todo!». Pero no sonó la flauta amigos. Si cada pieza no pesara más de 2 kilitos, Irene hubiera ido dando saltos de alegría por la casa al grito de «¡mi tesoroooo!¡es sólo míooooo!»…
Y sí, encontramos la mini pared idónea para el revestimiento imitación «madera de barco»: EL TRONO REAL. Nunca un WC fue tan «chic»…
¿Y qué decir del verde esmeralda en una de las paredes del dormitorio principal? ¿Conocéis esa sensación que provoca subirse a la montaña rusa y querer bajarse justo antes de que se ponga en marcha? ¡Pues así nos sentimos cuando escogimos las muestras! Yo me tiraba de cabeza pero claro, necesito que mis clientes vayan en el mismo barco puesto que son ellos los únicos protagonistas de su casa.
Para elegir este tono uno tiene que ser valiente… ¡como mis chicas! Por eso me lo he pasado tan sumamente bien en esta obra que parecía iba a ser un «apaño» sin salirse mucho de los cánones establecidos.
Ser arriesgado tiene premio y en este caso decidí lo siguiente: diseñé un cabecero a medida, compré la madera necesaria, engañé al Padre Boleno para el montaje y mi equipo terminó de lacarlo e instalarlo. Todo ello a «escondidas» de sus dueñas.
Nuestro «AMPERSAND luminoso de madera» y el recién estrenado conjunto de «casitas en madera natural» completaron la DECO junto con una cómoda restaurada por ellas mismas y una silla de estilo nórdico original.
Y hasta aquí el capítulo de hoy. Espero poder anunciaros muy pronto la próxima reforma integral que ya está en trámites de aceptación de presupuesto.
Gracias una vez más a mi amiga Lupe Clemente por sus fotos chulísimas y ojalá estas «historias reales» os ayuden a dar forma a vuestros sueños.
Entorno Público 