A pocos días de terminar una nueva reforma integral no podía esperar ni un minuto más para poneros en antecedentes:
– Pisito de 90 m2 ¡¡por fin!!
– Reforma low cost. Bueno, aquí miento.
¿Y por qué digo que no es verdad? Pues porque en un principio se trataba de un lavado de cara. Las dueñas se planteaban no cambiar las puertas ni los armarios, aprovechar todo lo que fuera posible, dejar el gotelé… «¡Por ahí si que no paso!» les dije. Ellas se rieron a carcajadas pero yo no estaba bromeando ni lo más mínimo jajajajaja.
Gotelé con purpurina…
Habéis oído bien.
No me he encontrado jamás una casa con semejante despropósito.
«¿Aprovechar algo?» – pensé para mis adentros… – «Si acaso podemos aprovechar el contenedor que tenemos en la acera ¡¡para tirarlo todo por la ventana!!».
Y es que veréis qué suelos, qué azulejos, ¡qué cocina!. La malaria no se descubrió en África… ¡nació en este pisito de Vallecas!
No obstante, he de decir en favor de sus dueñas, a las que adoro por cierto, que tuvieron un par de «ovarios bolenos» por comprar semejante «mansión»… Ya sabéis que las fotos de Lupe Clemente siempre aportan un toque mágico pero aún así, renunciar a un pisito de pladur de aquellos de la burbuja, con su piscina comunitaria y su pista de pádel, por hipotercarse aquí, es de ser unas genias.
Claro que por otro lado, consiguieron un precio que fácilmente podría ser el 50% de su hermano gemelo en pladur y os aseguro que con ese ahorro, podían haber pagado una reforma integral ¡tres veces!:
Reconozco que yo me agobio cuando el presupuesto «aprieta». Me niego a trabajar con calidades bajas puesto que me parece que es «pan de hoy, hambre de mañana». Además, en cualquier obra hay que contar con un mínimo del 15% en «extras» (que si ahora decido hacer esto, que si ahora me lanzo con lo otro…). Al final, el 100% de los añadidos son obra de los dueños puesto que nosotros intentamos ajustar el presupuesto al máximo, sin embargo, aún no me he encontrado con uno sólo que no «improvise sobre la marcha». Y es que yo creo que cuando algo se disfruta (y nuestras obras se disfrutan mucho) eres feliz y acabas aplicando el estribillo aquel de «con dinero o sin dinero, hago siempre lo que quiero»…
Tengo muchas, MUCHÍSIMAS ganas de enseñaros el resultado final de lo que podría ser perfectamente la vivienda de muchos de vosotros. Quizás más limpio eso sí (jajajajaja) pero en resumen, con una superficie moderada y unos medios económicos limitados.
Estoy segura de que cuando veáis las fotos del después os va a dar un subidón además de sentiros más animados y motivados en la iniciativa de reformar vuestros niditos.
Y es que la clave al final no está ni en los metros, ni en los «dineros». Con buen gusto, asesoramiento, mucha organización y sobre todo, dejándose aconsejar, la casa perfecta es posible en un ático y en un bajo interior.
Prometo retomar la historia en este punto, no antes de despedirme con esta foto para que soñéis por las noche. ¿Qué el niño no quiere comer el puré? Decidle que le vais a llevar a esta cocina, ¡ya veréis cómo engulle!
¿Estáis preparados para ver el cambio?
Pues seguidnos la pista que este mismo mes, veremos
EL RESULTADO.
Entorno Público 
Deseando verla